Publicado: 07/05/2021 16:26h. Lecturas: 8019
La nueva plaza concentradora, ubicada en Cañuelas, demandó una inversión de unos US$20 millones y en agosto próximo estará funcionando en un predio sobre la ruta 6.
Luego de 120 años en el barrio de Mataderos, la mudanza del Mercado de Hacienda de Liniers ya es casi un hecho. Con un 90% de la obra ya realizada, en tres meses, en agosto próximo, el traslado de la plaza concentradora a su nueva sede del Mercado Agroganadero (MAG), ubicada en Cañuelas, será un hecho. En rigor, para agosto próximo el mercado ya podría estar funcionando en el nuevo predio ubicado sobre la ruta 6 de esa ciudad.
Para Andrés Mendizábal (h), presidente del MAG, para julio próximo la idea es poder operar ya un día a la semana. “Un lunes o un jueves, que son los días que hoy no trabajamos en Liniers, y, de esa manera, ir probando el funcionamiento de las instalaciones para en agosto estar con la actividad a pleno allí”, indicó a LA NACION.
“Hemos superado muchos escollos económicos sumado a la pandemia. Sin embargo, estamos con los últimos certificados de obra ya lanzados. Este es un emprendimiento privado de 45 consignatarios que se unieron con un objetivo en común que no solo era la continuidad de la fuente laboral, sino garantizar a la ganadería argentina un mercado de referencia en el precio de la hacienda”, agregó.
Con una inversión de US$20.000.000, se compró un campo de 110 hectáreas, se realizaron 55.000 metros cuadrados de pisos de hormigón para la hacienda, unas cuatro hectáreas de techo de acero para cubrir los 450 corrales de venta y 2570 metros de pasarelas aéreas. Asimismo, se concluyeron los trabajos de 17 atracaderos curvos, 300 corrales galvanizados en el sector de carga y descarga y las básculas para pesar los animales.
“La obra se encuentra en su última etapa de construcción. Etapa que tiene que ver con los detalles y la puesta en marcha de su infraestructura y servicios”, dijo Ignacio Mackinlay, del estudio Manau-Mackinlay Arquitectos, encargado de llevar adelante el proyecto. Señaló que la obra civil estará terminada para los primeros días de julio y que durante ese mes se espera contar con la energía y conectividad (fibra óptica) necesaria para realizar algunas pruebas.
Por otro lado, recalcó que el diseño del mercado fue pensado en las pautas de bienestar animal “priorizando el equilibrio ecológico de su entorno”.
“El predio cuenta con una planta de tratamientos de efluentes líquidos de primera generación, una planta de compostaje, un lavadero de camiones que utiliza agua recuperada de la lluvia que juntan sus casi 40.000 m2 de superficie techada”, indicó.
En referencia al lavadero, dijeron que el mercado en una primera etapa contará con un acceso único de transporte por detrás del predio, que luego de la descarga de la hacienda, una vez higienizados en las 10 naves de lavado disponibles, podrán retirarse limpios por el Polo Agrocomercial (PAC) hacia la ruta 6.
En cuanto al transporte de camiones, destacaron que la nueva ubicación reduce los costos logísticos a los camioneros al evitar el ingreso a la ciudad de Buenos Aires que, además de descomprimir el tránsito, se produce un ahorro en el consumo de combustible, en la emisión de gases y se agiliza el tiempo de descarga de los animales.
Por su parte, la intendenta de Cañuelas, Marisa Fassi, señaló que desde el inicio del proyecto el municipio lo consideró como “una cuestión de estado”.
“La instalación del MAG es futuro. Desde el primer momento, entendimos la importancia que para Cañuelas y para toda la región tiene este desarrollo. Va a generar más de 1500 puestos de trabajo en esta primera etapa y estimamos más de 7000 en forma directa o indirecta cuando el MAG y PAC funcionen plenamente”, dijo.
“Es un ejemplo de la sinergia y el trabajo conjunto público privado. Por supuesto que, sin la inversión, la decisión y la visión estratégica de los consignatarios, esto no sería posible. De nuestro lado se conformó una mesa técnica de trabajo permanente con los desarrolladores para gestionar en el menor tiempo posible todas las cuestiones legales, disposiciones y asuntos técnicos, como la provisión de servicios, accesos y obras hidráulicas”, añadió.
Por último, Mackinlay indicó que en un principio fue difícil estimar la fecha de finalización de las tareas. “Esta es una obra que transitó un cambio de gobierno, varias devaluaciones y una pandemia que fueron afectando directa o indirectamente los tiempos de obra y su financiación. Pero todos estos obstáculos fueron sorteados de la mejor manera”, finalizó.