Publicado: 13/02/2019 09:03h. Lecturas: 7562
El consultor ganadero, Víctor Tonellli, confía que si continúan las políticas exportadoras, se podría aprovechar la demanda mundial y la apertura de nuevos mercados.
Barajar y dar de nuevo. Arranca otra mano y hay esperanzas. Como siempre. También nuevos desafíos. Después de un 2018 algo turbulento, 2019 abrió fuego con una revalorización de precios que impacta en todas las categorías. El productor y consultor ganadero Víctor Tonelli repasa todo lo que hay que saber de cada categoría, analiza el potencial exportador argentino: “Si seguimos abiertos al mundo, no me sorprendería que para 2020 o 2021 alcancemos las 800.000 toneladas superando el pico histórico más reciente de 780.000 de 2005”.
¿Cuál es el panorama para los criadores?
La suba que se dio durante enero y se anticipó a lo esperado fue muy violenta porque en varias categorías se ajustó por arriba del 25 y hasta 30 por ciento. Empieza a verse que la ternerada está copiando los precios del gordo. Todavía quedan por ver algunos remates mas para ver en qué precio se consolida, sobre todo en el norte, pero si es como parece, esta recuperación de la invernada le va a poner un nuevo piso a la cría. Hay que tener en cuenta que fue la categoría que más sufrió durante 2018. Había expectativa de que el ternero se iba a afirmar toda vez que haya maíz disponible y el maíz empiece a bajar su valores, el ternero es la primer categoría que se ajusta a esa variable positiva y, por otro lado, si bien el vientre no está teniendo una recuperación fuerte sí lo está teniendo la vaca de descarte de forma tal que la combinación de vaca descarte, que representa 20 y hasta 30 por ciento de los kilos que se venden en un rodeo de cría y la suba del ternero configuran un panorama significativamente mejor para la cría en 2019.
Siguiendo con la cría, ¿Qué expectativas tenés sobre los índices reproductivos? ¿Están mejorando?
No está habiendo un cambio significativo ni en los índices de preñez y ni en el destete. Si bien ha habido mayor preocupación por parte de los productores al respecto no ha cambiado. Hay una expectativa, que aún no se puede probar, de que buena parte de las vacas que han incrementado la faena sean vacas de las improductivas, bajo nivel de dentición que ya venían fallando en la preñez. Si ocurrió así, algo que ahora no vamos a saber a ciencia cierta, probablemente sea un beneficio a futuro.
¿Te preocupa ese número de hembras faenadas de casi 48%, similar al momento de peor liquidación de 2008 y 2009?
Insisto. Si es de esas vacas que ya vienen con problemas, no. Ahora bien, si son vacas productivas las que se están faenando ahí sí me preocupa y mucho. Yo lo atribuyo al efecto tasas, dado que no hay forma de financiarse. Vos sabes que la ganadería, y sobre todo la cría, es una actividad que requiere de mucha financiación porque es una actividad lenta, en la que el productor hace plata cuando vende los terneros y alguna vaca de descarte una vez a al año y para pasar el resto del año necesita financiación. Ante esta inviabilidad de apalancarse en las tasas están vendiendo vacas, si son las improductivas, maravilloso; si está vendiendo las productivas ahí estamos en problemas.
¿Y la recría?
La recría también está atada a la tasa. El recriador sabe y todos tomaron conciencia que más allá de esta suba de precios la que va a traicionar y pujar y va a hacer la diferencia es la exportación y por lo tanto hay que hacer recrías. El recriador sabe que hay que hacerlo, pero no tiene las herramientas financieras para hacerlo. Entonces, yo creo que va a ser un año en el que la recría va a estar firme, va a haber una clara determinación de hacerla pero va a estar limitada por las tasas, que si bien han bajado, están bajando desde un pico altísimo.
¿Y cómo está el panorama para los últimos eslabones de la cadena, invernadores y feedloteros?
Salvo en zonas inundadas estamos con una oferta forrajera importante. Yo creo que a diferencia del año pasado, éste va a haber reservas, buenos sorgos y maíces que en muchos casos se van a ensilar. Por lo tanto imagino que el invernador este año si las tasas se lo permiten va a crecer en el volumen de invernada. En el caso del feedlotero, ya con estos números del gordo las cuentas le volvieron a cerrar y si se confirman las 45 millones de toneladas de maíz, definitivamente va a haber un volumen de maíz disponible como para que el costo de alimentación, que fue la limitante del año pasado, con 30 millones de toneladas y retenciones, fue dramático, la perspectiva es buena. Y en la medida que se hagan fuerte los corrales también va a repercutir en la cría. Creo que va a ser un año interesante tanto para el criador como para el feedlotero.
De modo que puede vislumbrarse un buen año para la producción de carne vacuna…
Creo va a ser un año interesante para la ganadería. Si se confirman tasas más civilizadas, creo que vamos a tener un volumen muy interesante de producción, aunque no de oferta, porque si la recría se afirma, habrá retención, menos envío de animales jóvenes y livianos, y más trabajo para llegar al gordo. Esto mantendrá precios firmes y nos prepara para un año 2020 probablemente con una oferta interesante con destino a exportación.
¿Cómo analizas la evolución del volumen exportado? ¿Cuál es la meta o el desafío posible?
Para 2019 la exportación creo va a estar firme pero con una oferta limitada por lo anteriormente dicho. Veníamos del periodo 2013 a 2015, cuando asumió el actual gobierno, con 200.000 toneladas exportadas. Subimos a 270.000 en 2016, a 330.000 en 2017 y las 550.000 del año pasado. Fueron subas infernales. Si uno lo mira en el contexto, las 550.000 toneladas están por arriba de la media histórica. Por la retención que te contaba antes no imagino un 2019 con más de 600.000-640.000 toneladas exportadas. Una suba interesante que parece poco para lo que se vino creciendo.
¿Y qué potencial hay?
En la historia reciente el pico de exportación fueron las 780.000 toneladas de 2005. Analizando lo que viene, si continúa una política de apertura de mercados y apuesta por las exportaciones no me sorprendería que en 2021 o 2022 estemos hablando de un récord de 800.000 o 900.000 toneladas exportadas. El mundo está para que podamos exportar eso y Argentina está para crecer. Ahora tenemos EE.UU., tenemos Canadá, los nuevos protocolos para China, estamos avanzando fuerte con Corea y Japón… entonces, si uno mira hacia la demanda más un empuje exportador, la verdad que no le veo mucho límite a las exportaciones.
¿Cómo puede impactar ese crecimiento exportador en el mercado local?
La idea es que en la medida que vaya creciendo la exportación seguramente va a caer la disponibilidad de carne al público pero no en los cortes que solemos consumir. Si crece la exportación va a haber más disponibilidad de asado, más milanesas, y probablemente menos bifes y lomos, que no representa el consumo mayoritario en Argentina.
¿Pueden compensar las otras carnes? Pollos y cerdos…
Me parece que va a haber un buen balanceo probablemente caigamos a los 50-52 kilos por habitante por año de los 58 que tuvimos en 2018, pero le estamos dando espacio al crecimiento del cerdo que viene a fuerte velocidad para suplir lo que no abastezca el vacuno. Hoy, entre el número oficial y el extra oficial se consumen entre 16 y 18 kilos por habitante por año de cerdo. Está creciendo a un ritmo de 1-2 kilos por año y tiene una capacidad de reacción impresionante. A modo de comparación, vos sabes que una cerda madre hoy en un criadero te da 3000 kilos por año mientras que con una vaca con suerte estamos haciendo promedio 120 kilos. Es tan grande el poder de multiplicación que si al cerdo se le abre el camino para crecer en el mercado interno pueden explotar. Distinta es la situación del pollo, que con 45 kg/hab/año creo ya tocó techo.